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Cuando el príncipe llegó a casa de Cenicienta, sus dos hermanas y hasta la madrastra intentaron sin suerte probarse el zapato de cristal. Él se encontraba a punto de marcharse cuando escuchó una voz: —¿Puedo probarme la zapatilla? —dijo Cenicienta. La joven se probó la zapatilla y le quedó perfecta.
Cenicienta era pobre, no tenía padres y vivía con su madrastra, una mujer viuda muy cascarrabias que siempre estaba enfadada y dando ordenes gritos a todo el mundo.
Cuento original de La cenicienta. Érase una mujer, casada con un hombre muy rico, que enfermó, y, presintiendo su próximo fin, llamó a su única hijita y le dijo: “Hija mía, sigue siendo siempre buena y piadosa, y el buen Dios no te abandonará. Yo velaré por ti desde el cielo, y me tendrás siempre a tu lado.”.
Cuento La Cenicienta. Había una vez una joven muy hermosa y amable que había perdido a sus padres y se había quedado con su madrastra. Esta mujer tenía dos hijas muy feas, pero su madre las malcriaba y siempre hacía que Cenicienta hiciera todas las tareas domésticas difíciles.
Cuentos clásicos. Autor: Charles Perrault. Edades: A partir de 3 años. Valores: bondad. Érase una vez un hombre bueno que tuvo la desgracia de quedar viudo al poco tiempo de haberse casado. Años después conoció a una mujer muy mala y arrogante, pero que pese a eso, logró enamorarle.
Resumen. El padre de Cenicienta, viudo, se casó con una mujer con dos hijas. Al morir él, llenas de envidia por su dulzura y belleza, la tratan con gran desprecio y le obligan a hacer las tareas más sucias; pero ella sigue manteniéndose dulce y serena. El príncipe organiza un baile para buscar esposa pero a pesar de ser su mayor ilusión ...
La Cenicienta Charles Perrault Había una vez un gentil hombre que se casó en segundas nupcias con una mujer, la más altanera y orgullosa que jamás se haya visto. Tenía dos hijas por el estilo y que se le parecían en todo. El marido, por su lado, tenía una hija, pero de una dulzura y