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En un camino desierto se dibuja una estampa conmovedora: un niño inocente abrigado en el brazo caliente y maternal de una Niña Virgen, ella sobre una borriquilla, y José por delante llevando el ramal de la cabalgadura.
La huida a Egipto es un episodio del Evangelio de Mateo (2, 13-15) cuya variada iconografía ha sido representada en el arte desde la Antigüedad. Se pueden diferenciar tres motivos principales: la huida propiamente dicha, el descanso en la huida a Egipto y el retorno (mucho menos representado).
En un camino desierto se dibuja una estampa conmovedora: un niño inocente abrigado en el brazo caliente y maternal de una Niña Virgen, ella sobre una borriquilla, y José por delante llevando el ramal de la cabalgadura.
La huída a Egipto. El evangelista san Mateo relata la llegada a Belén de los reyes magos, y su retorno a su patria, realizada por otro camino.
La huida de María y José es un relato poderoso que destaca la fe y la protección divina en medio de circunstancias adversas. Cuando Herodes intentaba acabar con el niño Jesús, un ángel se le apareció a José en sueños para advertirle y guiarlo en la huida a Egipto.
La familia de Jesús huye a Egipto. 13 Después de que los sabios regresaron a su país, un ángel de Dios se le apareció a José en un sueño y le dijo: «Levántate. Escapa a Egipto con el niño y con su madre, y quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
La huida a Egipto. Mateo 2:13-15. El ángel dice a José para llevar Maria y el bebé Jesús a Egipto. Ellos se marchan enseguida de su casa.