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  1. 7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? 8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. 9 Si tomare las alas del alba. Y habitare en el extremo del mar, 10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.

  2. En resumen, el salmo 139:10 nos recuerda que Dios siempre está presente en nuestras vidas. Él es nuestra guía constante, que nos lleva por los caminos de la vida y nos ayuda a superar los obstáculos que encontramos en el camino.

  3. ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.

  4. ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu diestra!” (Salmo 139:7-10)

  5. ¿Y a dónde huiré de tu presencia? 8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. 9 Si tomare las alas del alba. Y habitare en el extremo del mar, 10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Leer más Comparte. Mostrar notas al pie de página. Un servicio de Software Bíblico Logos.

  6. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.

  7. cautivoestrella.org › general › adonde-me-ire-de-tu-presencia¿A dónde me iré de tu presencia?

    No podemos escapar de su presencia, y aunque a veces buscamos refugio en la oscuridad, en el silencio, o en la soledad, Dios está allí, siempre presente, siempre amoroso, siempre dispuesto a guiarnos. La Intimidad con Dios: Un Consuelo Profundo. La omnipresencia de Dios, lejos de ser una realidad aterradora, es una fuente de consuelo y seguridad.