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  1. Paula era una traidora. El profesor la miró con dudas. Luego se acercó a mí y tomó el papel que continuaba en mi mano. Con algo de cu-riosidad leyó en silencio el contenido. De inmediato rompió el papel con furia, salió de la clase deprisa y en menos de diez segundos volvió a entrar, sin que nadie entendiera lo que estaba ocurriendo.

  2. El puente de la Soledad. MARÍA FERNANDA HEREDIA. Alonso, Marcela, Patricia, Verónica y Daniela... con quienes descubrí el mundo en un Mini Austin rojo. Juan José, Luis Miguel, Manuela y Juan Xavier... mis copilotos en la parte más dulce del viaje. La mitad del camino. Era un puente muy viejo y angosto en medio de la carre- 7 tera.

  3. Los personajes protagonistas de El puente de la soledad inician su aventura narrativa como prototipos; de tal forma Daniela Aguilar es la insegura; Paula, la decidida y Nando, el protector. 100 Estos tres prototipos no son nuevos en la narrativa de María Fernanda Heredia.

  4. María Fernanda Heredia. El puente de la soledad, a mitad de camino, será el sitio en el que deberán tomar una decisión que podría cambiarles la vida. Paula, Daniela y Nando son tres amigos que deciden hacer, a escondidas de sus padres, el viaje de sus vidas.

  5. Paula quiere ir al concierto de su grupo favorito. Pero este se realizará a 200 kilómetros de su ciudad. En un arrebato de rebeldía, incita a su mejor amiga y a su primo a que la acompañen en el viaje. Al llegar al puente de la Soledad, en la mitad del camino, deberán enfrentar sus miedos. Una novela sobre la amistad, el amor y la vida.

  6. El puente de la soledad es una novela corta que nos enseña importantes lecciones sobre la maduración de los adolescentes y sus problemas. Escrita por un autor desconocido, esta historia nos sumerge en el viaje nocturno de tres amigos que deciden escaparse de sus hogares para asistir a un gran concierto en la ciudad.

  7. Yo tenía el puño tan cerrado que me sentía las uñas clavadas en la palma de la mano. El papel, arrugado en el interior, seguro estaría mojado por mi sudor. Lo peor de todo era que yo no había tenido tiempo para abrirlo, no sabía qué rayos había escrito Paula ahí.