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La piel humana es la cubierta exterior del cuerpo y forma parte del sistema tegumentario. La piel humana es el órgano más grande, extenso y pesado del cuerpo (alrededor de 10 % de la masa corporal total de un adulto medio). [1]
La piel tiene 3 capas: la epidermis, la dermis y la capa de grasa. Debajo de la superficie de la piel hay nervios, terminaciones nerviosas, glándulas, folículos pilosos y vasos sanguíneos. El sudor está producido por glándulas de la dermis y llega a la superficie de la piel a través de unos conductos diminutos.
Estructuralmente está constituida por varias capas: epidermis, dermis e hipodermis y una serie de elementos que constituyen los anejos cutáneos (pelos y uñas). La piel es también un indicador vital de nuestra salud general. Cambios en su coloración, textura o apariencia pueden ser señales de alerta de enfermedades subyacentes.
Las funciones de la piel son varias pero podemos destacar la protección física, la termorregulación y la sensibilidad. En este artículo revisaremos la histología de la piel donde podremos estudiar su estructura y sus funciones.
La piel es una estructura sensorial y es, de hecho, el órgano más grande del cuerpo humano, ocupando aproximadamente 2 metros cuadrados. Recubre toda la parte muscular y tejidos del cuerpo, y está conformada por varias capas de tejido protector.
Estructura de la piel. El secreto de una piel multifuncional sorprendente reside en su estructura. La piel consta de 3 capas importantes: La capa exterior es la epidermis. La capa interna es la dermis. Base subcutánea – hipodermis. Cada capa realiza una función específica.
El sistema tegumentario se compone de las siguientes partes: Piel; Apéndices de la piel. Pelos; Uñas; Glándulas sudoríparas; Glándulas sebáceas; Tejido subcutáneo y fascia profunda; Uniones mucocutáneas; Mamas; Piel. La piel es el componente más grande de este sistema.