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  1. Sinopsis de LOS CANTOS DE MALDOROR. Tan extraña como original y fascinante es la imaginación delirante y abismal que se materializa en este libro a la sombra de la genialidad de Isidore Ducasse (1846-1870), autor que alcanzó la celebridad a través de su seudónimo “Conde de Lautréamont“, un mito literario que se alza solitario sobre ...

  2. No hay, ni habrá, ningún libro como este. Maldoror ha engendrado una multitud de imitadores, algunos de ellos verdaderos próceres de la literatura, como Huysmans y Bukowski, como los decadentes y los surrealistas, incluso prefigura el camino hacia el existencialismo de Camus y Kafka; pero, en realidad, ninguno de estos puede acercarse a ...

  3. La figura de Isidore Ducasse, conde de Lautréamont (1846-1870), se ofrece a los ojos de la crítica como un enigma que se resiste a los esfuerzos de historiadores, críticos y biógrafos. La primera edición completa de «Los Cantos de Maldoror», en 1869, fue s. "Sinopsis" puede pertenecer a otra edición de este libro. Comprar nuevo Ver este ...

  4. Junto a las Poesías y Cartas, conforman toda su obra. El libro está ilustrado por el gran dibujante argentino Santiago Caruso, al que entrevistamos en este mismo número. Desde que en agosto de 1869 el editor belga Albert Lacroix imprimió Los cantos de Maldoror sin distribuirlos por miedo a la censura, la influencia del conde de Lautréamont ...

  5. Este libro singular, desmesurado, impactante siempre, que alumbró en su breve vida Isidore Ducasse (1846-1870), autotitulado conde de Lautréamont, recorre sin trabas los abismos y las cumbres de la imaginación y la fantasía más exacerbadas, de tal modo que no es de extrañar que los primeros que lo reivindicaran, cincuenta años después ...

  6. Lo cantos de Maldoror es uno de los libros más enigmáticos de todos los tiempos, se requiere paciencia y valor para atravesar sus páginas cenagosas. Si podemos entender el carácter artificioso en la creación de una héroe malvado, y el valor literario para crear una oda al mal, apreciaremos la belleza con la que está escrita esta obra.

  7. Oenonceaux, reimprime en París los Cantos de Maldoror. La introducción, firmada con sus iniciales y dedicada «a mi amigo Albert Lacroix» (el primer impresor del libro), rechaza la leyenda de la locura del poeta puesta en circulación por el artículo de Léon Bloy El Calabozo de Prometeo, donde hace un esbozo de la vida de Isidore Ducasse.