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  1. En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba el señor Cuervo. Del olor atraído un Zorro muy maestro, le dijo estas palabras, a poco más o menos: «Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño; vaya que estáis donoso, mono, lindo en extremo; yo no gasto lisonjas, y digo lo que siento; que si a tu ...

  2. arbolabc.com › fabulas-para-niños › el-zorro-y-el-cuervoEl zorro y el cuervo | Árbol ABC

    El zorro y el cuervo. Una brillante mañana, el zorro seguía su agudo olfato en búsqueda de un bocadillo. De repente, vio a un cuervo en la copa de un árbol. Este no era de manera alguna el primer cuervo que el zorro había visto.

  3. El cuervo y el zorro. En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba el señor Cuervo. Del olor atraído. un Zorro muy maestro, le dijo estas palabras, a poco más o menos: «Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño; vaya que estáis donoso, mono, lindo en extremo; yo no gasto lisonjas, y digo lo que siento;

  4. En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba el señor Cuervo. Del olor atraído, un Zorro muy maestro le dijo estas palabras un poco más o menos: "¡Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño! ¡Vaya que estáis donoso, mono, lindo en extremo!

  5. 12 de may. de 2022 · El cuervo y el zorro. En la rama de un árbol, bien creído y contento, con un queso en el pico. estaba el señor Cuervo. Del olor atraído. un Zorro muy maestro, le dijo estas palabras. a poco más o menos: —Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño; vaya que estáis gracioso, mono, lindo en extremo; yo no gasto halagos, y digo lo que siento;

  6. EL CUERVO Y EL ZORRO. En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba el señor Cuervo. Del olor atraído. un Zorro muy maestro, le dijo estas palabras, a poco más o menos: «Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño; vaya que estáis donoso, mono, lindo en extremo; yo no gasto lisonjas, y digo lo que siento;

  7. El cuervo y el zorro. En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba el señor Cuervo. Del olor atraído. un Zorro muy maestro, le dijo estas palabras, a poco más o menos: «Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño; vaya que estáis donoso, mono, lindo en extremo; yo no gasto lisonjas, y digo lo que siento;