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  1. Verano, ya me voy. Y me dan pena las manitas sumisas de tus tardes. Llegas devotamente; llegas viejo; y ya no encontrarás en mi alma a nadie. Verano! y pasarás por mis balcones con gran rosario de amatistas y oros, como un obispo triste que llegara de lejos a buscar y bendecir los rotos aros de unos muertos novios. Verano, ya me voy. Allá ...

  2. LETRA. El Viejo Verano. Se marchó el amor y con el tus besos, y no volvió.. Ya sabes amiga mía que no nos vimos anoche, dime que tal te sienta vivir con la ausencia, que justo los veranos de allá por septiembre, que maldita la distancia, que injusticia su imprudencia.. Deseaba que esa noche nunca terminara, más mi cuerpo se ha hecho presa ...

  3. Aquel último verano - Susanna Herrero. Alex y Priscila se conocieron un verano de color verde y de canciones de los 90, cuando solo tenían ocho y cinco años, él llegó de Londres y se mudó a la casa de enfrente. Alex y Priscila se dieron su primer beso dos veranos más tarde, flotando en esas aguas que eran parte de su historia.

  4. ¿Dónde puedo ver En aquel viejo verano gratis? No hay opciones para ver En aquel viejo verano gratis online actualmente en México. Puedes seleccionar "Gratis" y pulsar la campana para recibir una notificación cuando película esté disponible para ver sin coste en servicios de streaming y TV. Si está interesado en ver otras películas y ...

  5. Francisco Brines — Aquel verano de mi juventud. Y qué es lo que quedó de aquel viejo verano en las costas de Grecia? ¿Qué resta en mí del único verando de mi vida? Si pudiera elegir de todo lo vivido algún lugar, y el tiempo que lo ata, su milagrosa compañía me arrastra allí, en donde ser feliz era la natural razón de estar con vida.

  6. Como olvidar tu pelo, como olvidar tu aroma. Si aún navega en mis labios el sabor de tu boca. Cada piba que pase con un libro en la mano. Me traerá tu nombre como en aquel verano. [Instrumental ...

  7. Verano, ya me voy. Y me dan pena las manitas sumisas de tus tardes. Llegas devotamente; llegas viejo; y ya no encontrarás en mi alma a nadie. Verano! Y pasarás por mis balcones con gran rosario de amatistas y oros, como un obispo triste que llegara de lejos a buscar y bendecir los rotos aros de unos muertos novios. Verano, ya me voy. Allá, en setiembre tengo una rosa que te encargo mucho ...